Cuando escuchamos la frase “Segmentar para evitar el lavado de activos” usualmente pensamos en la materia estadística de la universidad (que a muchos no les gustaba), en un concepto de marketing o en algo que debemos hacer por obligación antes que por lo conveniente que pudiera ser.
Sin embargo, hemos comprendido lo útil que es segmentar? Hemos reconocido que segmentar es una actividad cotidiana que realizamos de manera implícita y natural en nuestra vida cotidiana?
Segmentar es tan sencillo..
que cada uno de nosotros segmenta cuando realiza el proceso de dividir una población (o cualquier factor) en grupos pequeños, procurando que los integrantes de un grupo sean semejantes entre sí y diferentes entre los grupos.
Por ejemplo, segmentamos para elegir pareja, cuando establecemos un perfil de las personas que más nos pueden gustar porque cumplen características como edad entre 25 y 35 años, que les guste leer, trotar, bailar, entre otros.
Actuando de esta forma ahorramos recursos y tiempo al salir con la persona equivocada, al tiempo que mejoramos la probabilidad de éxito al elegir quienes puedan ser más afines con nuestra expectativa.
Trayendo este concepto al contexto de cumplimiento encontramos que al lograr agrupar, por ejemplo las contrapartes, según los diferentes niveles de riesgo que pueden representar para las organizaciones, definitivamente garantizamos mejores resultados en nuestra gestión.
Implementar procesos correctos de segmentación nos permite impactar positivamente las áreas comerciales, administrativas y operativas de la organización, en la medida en que incorporamos en nuestras políticas, procesos de relacionamiento diferenciados, de tal manera que procesos de venta o registro de proveedor puedan ser más ligeros para quienes representan menor riesgo o más complejos para aquellos que implican mayor apetito de riesgo.
En conclusión, segmentar para evitar el lavado de activos debe ser un proceso vivo y dinámico que al articularlo adecuadamente con los procesos de la organización contribuye notablemente a mejorar los resultados y el posicionamiento de la gestión de cumplimiento, facilitando la socialización y adopción de los procedimientos de control por parte de las diferentes áreas de la organización.