Corrupción, un reto para los Profesionales de Cumplimiento

En nuestra sociedad y en especial al acercarse épocas electorales, cobra mayor relevancia la crítica sobre los fenómenos de corrupción y claro, cuando vemos que según la Contraloría General de la Nación, en Colombia puede representar cerca de US$18.400 millones al año (según publicación de www.portafolio.com.co y www.cnnespanol.cnn.com ).

Según menciona la Organización Transparencia Internacional, con el dinero identificado en hechos de corrupción, se podría cubrir al menos la mitad del presupuesto nacional de educación. Ante esto, es razonable que los Colombianos nos indignemos por semejante despropósito, se justifica nuestro enojo con los dirigentes políticos a quienes se les responsabiliza de esta situación.

Sin embargo aunque sin ánimo de restarle responsabilidad a la clase política, me pregunto, con qué personas o empresas se materializan los actos de corrupción? Mediante qué acciones se logra legalizar estos dineros? La respuesta a este interrogante nos obliga a reconocer que la corrupción permea al sector privado y que incluso en la necesidad de aumentar ventas, de elevar participación en el mercado o de aumentar rentabilidad, en muchas ocasiones puede ser el mismo empresario quien toma la iniciativa de promover acciones de contratación ilícita como se logra deducir del caso Odebrecth.

Reconociendo la corresponsabilidad de algunos agentes del sector privado en actos de corrupción, se deduce igualmente que son acciones realizadas por seres humanos que hasta ahora solo reciben felicitaciones por su exitosa gestión que contribuye al crecimiento de la empresa.

Porqué no se les atribuye responsabilidad al menos ética? Quizá la explicación la encontramos al justificar que las actuaciones de los privados corresponden al objetivo de crecimiento y por tal motivo, cuando una persona en su cotidianidad no discierne entre una decisión de selección objetiva o favorecimiento indebido, en ningún momento le es asociada con una acción corrupta o por lo menos no ética.

Y qué ocurre en las empresas cuando un colaborador asume este tipo de comportamiento? Acaso no puede afectar la rentabilidad de la empresa acciones como: La contratación de una persona que no cumple con el perfil requerido? Adquisición de un activo/vehículo inapropiado porque quien lo vende es un familiar? La selección de un proveedor que no ofrece la mejor relación costo/beneficio? Nos hemos preguntado alguna vez a cuánto ascienden los sobrecostos en que incurren nuestras empresas por este tipo de acciones?

En las empresas nos encontramos con que la gran mayoría de colaboradores a priori no les gustaría realizar una de estas acciones fraudulentas, solo que en el momento de evaluar perdemos objetividad o evitamos tener algún inconveniente con las personas vinculadas con el comportamiento inusual.

Los líderes en la industria bancaria han sido cautelosos cuando se trata de probar nuevas soluciones de IA. Hasta hace poco, los servicios financieros no se han aprovechado de manera comprensible de las soluciones de IA debido a las preocupaciones con los llamados modelos de “caja negra”, es decir, el modelo realiza funciones que no son transparentes para el usuario final. Si el banco no entiende cómo su tecnología está monitoreando los delitos financieros, no puede explicar cómo está cumpliendo con las regulaciones a sus reguladores.

En este escenario, quienes nos especializamos en la analítica de datos podemos aportar herramientas tecnológicas que automaticen el monitoreo en procesos de selección de proveedores, entregando elementos objetivos en el análisis y fortaleciendo la gestión de los profesionales de cumplimiento quienes están llamados a liderar procesos de sensibilización hacia la ejecución de buenas prácticas de contratación y ventas en las empresas, como un camino realmente efectivo para combatir las acciones de Lavado de Activos prevenientes de la Corrupción.