¿Qué es el lavado de activos?

 El lavado de activos es una actividad ilegal que tiene como propósito ocultar o disimular el origen ilícito de recursos obtenidos a través de actividades delictivas, como el narcotráfico, la corrupción o el contrabando. 

Esta práctica consiste en convertir, mediante diversos métodos, bienes o dinero de origen ilegal en activos aparentemente legítimos, lo que dificulta rastrear su procedencia.

El proceso de lavado de activos suele realizarse en tres fases:  

Colocación: se introduce el dinero ilícito en el sistema financiero o en la economía formal, utilizando canales como depósitos bancarios, compras de bienes de lujo o inversiones. 

Estratificación, se realizan una serie de transacciones financieras para dificultar la detección del origen de los recursos, incluyendo transferencias bancarias, compra y venta de activos y operaciones internacionales. Finalmente, 

Integración, el dinero se reintroduce en la economía como fondos aparentemente legítimos, listos para ser utilizados sin levantar sospechas.

Cada una de estas fases puede ser ejecutada mediante diferentes métodos o estrategias, conocidas como tipologías de lavado de activos. Estas tipologías son técnicas específicas que los delincuentes utilizan para ocultar el origen ilícito de sus recursos, y aunque pueden variar en complejidad, todas buscan el mismo objetivo: legitimar fondos obtenidos de manera ilegal.

Algunas de las tipologías más utilizadas:

Pitufeo, Este método implica dividir grandes cantidades de dinero ilícito en pequeñas sumas para que pasen desapercibidas en el sistema financiero. 

Ejemplo: Varias personas depositan pequeñas cantidades de dinero en diferentes cuentas bancarias para evitar reportes de transacciones sospechosas.

Empresas fachada, En este caso, se crean o utilizan empresas que aparentan realizar actividades comerciales legítimas, pero en realidad son usadas para justificar ingresos y ocultar la procedencia ilícita del dinero. 

Ejemplo: Una empresa de exportación falsa que no produce ni exporta nada, pero que emite facturas para justificar grandes sumas de dinero obtenidas ilegalmente.

Compra de bienes de lujo, Consiste en la adquisición de bienes de lujo con fondos ilícitos. Estos bienes luego se revenden para integrar el dinero en la economía formal como ingresos legítimos. 

Ejemplo: Comprar un automóvil de lujo en efectivo y luego venderlo, obteniendo así una transferencia bancaria como ingreso legal.

Transferencias internacionales, Se realizan múltiples transferencias bancarias entre cuentas en diferentes países, aprovechando las diferencias en regulaciones y controles para ocultar la procedencia ilícita de los fondos. 

Ejemplo: El dinero ilícito se transfiere desde un país con bajos controles a un paraíso fiscal y luego a una cuenta en un tercer país, dificultando el rastreo.

Uso de criptomonedas, Con el avance de la tecnología, el lavado de activos también ha evolucionado. Las criptomonedas ofrecen un nuevo canal para ocultar el origen del dinero ilícito. Estas monedas digitales pueden ser transferidas y convertidas entre diferentes tipos de criptomonedas, a menudo utilizando exchanges que no exigen una verificación rigurosa de la identidad de sus usuarios.

Ejemplo : Un delincuente convierte dinero ilícito en una criptomoneda, lo transfiere a través de varios monederos digitales y luego lo convierte nuevamente a moneda fiduciaria en otro país.

Fraude en el comercio internacional, Este método implica la manipulación de facturas o documentos de comercio internacional para justificar la entrada o salida de dinero. Los delincuentes pueden subvalorar o sobrevalorar los bienes o servicios para mover dinero ilícito entre fronteras. 

Ejemplo : Exportar bienes a un precio mucho menor al del mercado, y luego recibir la diferencia en una cuenta bancaria extranjera controlada por el delincuente.

En este orden de ideas para las organizaciones es crucial evitar cualquier vínculo con el lavado de activos por varias razones: 

Primero, participar, directa o indirectamente, en este tipo de actividades pone en riesgo la reputación y la credibilidad de la empresa. Las investigaciones por vínculos con el lavado de activos pueden dañar de manera irreversible la confianza de clientes, inversionistas y socios comerciales, lo que afecta negativamente las operaciones.

Segundo, las sanciones legales y financieras que pueden derivarse del incumplimiento de las normas antilavado son severas. Las empresas expuestas a esta práctica pueden enfrentarse a multas millonarias, la cancelación de licencias comerciales y procesos judiciales. En algunos casos, los directivos y empleados pueden enfrentar consecuencias penales y ser sujeto de multas a título personal.

Además, una organización vinculada al lavado de activos contribuye a la financiación de actividades criminales, que incluyen el crimen organizado, el terrorismo y la corrupción. Estas actividades desestabilizan los mercados e incrementan la inseguridad.

Finalmente, es fundamental para las organizaciones implementar y mantener sólidos controles internos, políticas de conocimiento de sus contrapartes relacionadas  y programas de cumplimiento que prevengan cualquier riesgo de estar relacionados con el lavado de activos.

No solo es una cuestión de cumplir con la ley, sino de garantizar la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de la empresa.

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